Siempre se dice que cuando haces una acuarela no puedes equivocarte, ya que no se puede rectificar, pues yo os tengo que decir que eso no es cierto, y algún que otro apaño siempre se puede hacer. Y si no, pues mira la última foto y verás la diferencia que hay con ésta.
Esta señora es la madre de Juan F. Morillo, unos de mis colaboradores en mis otros blogs. Además de las fotos de los lugares que visita cuando viaja, también suele enviarme de su familia y cuando vi esta foto de su madre brindando en las últimas Navidades, pensé que sería bonito hacerle un retrato, y en verano, cuando pasasen por aquí dárselo.
Así que me puse a ello, e hice el dibujo a lápiz. No recuerdo el porqué, pero no pude continuar y el dibujo se quedó en el blog. Y resulta que cuando quise comenzar a pintarlo con acuarelas y, a pesar de que busqué la foto por todos los rincones no conseguí encontrarla. así que decidí pintarlo de cabeza, y ésto es lo que conseguí.
La verdad es que no me sentía muy contenta, pero cómo no tenía la foto delante, pues tampoco podía comparar.
Y, ¡menos mal que cambiaron la ruta y no pasaron por La Rioja!, ya que cuando comenzaron las clases de pintura, la foto apareció, y entonces la comparé con la acuarela, y me dije ¡qué horror!. Apunto estuve de romperla, pero en lugar de hacerlo, se me ocurrió coger unos pinceles, un cuenco con agua y un trapo límpio.
Y poco a poco y con mucha paciencia fui limpiando y limpiando, hasta conseguir este resultado
Y aquí está la bisa Isabel brindando otra Navidad.
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